La pandemia de COVID-19 y las acuarelas
La epidemia de coronavirus llegó a Madrid y se difundió libre y sigilosamente en sus primeras semanas. La difusión silenciosa fue provocada por una legión de infectados asintomáticos que ignoraban su status contagioso. Visitar a la familia y amigos después de un viaje es una costumbre simpática y muy difundida. Todos abrazamos y besamos a los recién llegados sin barrera alguna y totalmente confiados. Masa, objetivo, ofensiva, sorpresa, economía de fuerzas, seguridad y simplicidad, los principios de la guerra. Muchos de ellos utilizados por el SARS-CoV-2. Nada volverá a ser lo mismo y añoramos aquella felicidad de la que no éramos conscientes.
Había abandonado la investigación y la epidemiología hacía muchos meses y las acuarelas y la música llenaban mi cabeza. Conseguir captar la luz y los contrastes de las imágenes eran las obsesiones que llenaban todo mi tiempo junto con el esfuerzo por pintar a base de sugerencias dejando que el agua hiciese su trabajo.
La observación con ojos de pintor es la base de la inspiración. "Aquí hay una acuarela... vaya, no tengo el cuaderno, me apañaré con una foto...". El avance implacable de la epidemia, en muy poco tiempo, saturó los servicios sanitarios provocando una situación insostenible predicha por las simulaciones matemáticas de este tipo de enfermedades víricas transmisibles. Adoptar las decisiones para controlar este desastre era urgente y las primeras medidas de intervención se implantaron 23 días después del ingreso en hospitales de los primeros casos graves.
La inspiración y la preocupación por la luz y las sombras se esfumaron. Contemplas al personal sanitario y a tus compañeros peleando por sacar adelante a los enfermos y se impone la necesidad de saber a dónde va a parar todo esto. Se acabó la diversión y las prioridades se invierten.
Susceptibles, infectados-asintomáticos, infectados, hospitalizados, aislados en cuarentena, recuperados y fallecidos. Los nuevos componentes de toda la escena que han pasado a integrarse en estos siete compartimentos que se intercambian con entradas y salidas. Lamentablemente, uno de ellos solo tiene "entradas" que se acumulan. Los que están más abajo son los más indefensos.
Pero volvamos a las predicciones. El confinamiento y la cuarentena es un instrumento eficaz pues limita la transmisión. Alarma, toque de queda y disciplina militar. Hay que hacerlo bien, no queda otra. Parece fácil pero no lo es. Los que se creen más listos son los más escurridizos. Están de vuelta de todo. Y por diferentes presiones se abre la mano. Poco a poco y le llaman desescalada. Al poco tiempo estamos en julio y agosto, verano y vacaciones. Se producen millones de desplazamientos y el virus llega a donde no había llegado. Así no hay quien pinte nada. Dibujitos y colorines, eso es todo. Una serie de picaportes, indigentes y gente con mascarilla. Los compartimentos. Qué pasaría si...confinamos un mes, dos meses, tres. Eso imposible. La tropa de presidentes autonómicos se cabrea por no poder decidir sobre lo suyo y la cuerda se tensa mas. La detención de la actividad es lo único que puede detener la transmisión pero tiene un coste inmediato.
¿Y si no se hace nada? Se deja al virus fluir a sus anchas y observamos qué responde SIR (1). Respuesta: en 3 meses rematamos el brote. Rematamos, nunca mejor dicho. Pongamos que hablo de Madrid. Seis millones de habitantes, en 3 meses el 95% se habrá infectado y solo morirá un 2% de la población. El cálculo es sencillo pero el 2% son 120mil personas y ya no quedarán ni infectados asintomáticos. Ruleta rusa.
A estas alturas (septiembre) recordaríamos lo que pasó. En Madrid, ya se ha infectado un 10% de la población y han fallecido 15700 personas (0,03 por mil). Parece que compara bien con lo anterior y sería deseable que se quedara así. Las simulaciones que consideran el escenario del confinamiento parcial como el que hemos vivido, no predicen buenas noticias y anuncian una segunda oleada mayor que la primera. Comienza en septiembre y termina con el año. El balance de la simulación sería de unos 34mil fallecidos (6 por mil).
Pero, ¿no hay más escenarios?¿alternativas? Ahora suponemos que hasta la gente más joven ya estará convencida de la importancia de una actitud responsable. Si sabes que estás infectado te retiras de la circulación y avisas a tus contactos estrechos. Facilitar el acceso a las pruebas diagnósticas sobre presencia del virus parece de cajón. Una prueba en que la toma de muestra sea auto-administrada, lo suficientemente fiable, barata y que se pueda repetir cada semana. Esto cortaría la cadena de transmisión y permitiría ver el final del túnel antes de disponer de otras medidas como las vacunas. El día 28 de agosto la FDA ha autorizado una prueba en saliva (2). Tu recoges tu propia muestra (no es necesario que el personal sanitario te hurgue en las fosas nasales y se exponga), no necesita conservantes, ni extracción de ácidos nucleicos y con un coste asumible.
Qué dice SIR sobre esto? Pues dada la situación actual con la segunda oleada en plena marcha se lo tendría que pensar. Pero sí ha dicho que si se hubiese implantado una prueba así al final del confinamiento, se habría evitado esta segunda oleada. ¿Volvería la inspiración? ... seguramente y hasta desaparecerían las ganas de llorar contenidas y dejaríamos que el agua hiciese su trabajo mezclando los hermosos colores en el papel acunada por el tempero de la gaita.
1. SIR: Susceptibles, Infectados, Recuperados. En jerga epidemiológica se denominan "compartimentos" por acoger a sectores de población que pasan de unas situaciones a otras y son conceptos utilizados en los modelos matemáticos para simular epidemias.
2. https://www.fda.gov/media/141194/download
